miércoles, 26 de enero de 2011

La lección de Álex de la Iglesia

Queridos lectores, ayer nos sorprendía la noticia de la próxima dimisión del presidente de la Academia de Cine, Álex de la Iglesia, ante su desacuerdo por la aprobación de la ley contra descargas ilegales de internet. El cuervo no va a entrar en el debate sobre esta ley (Aunque tiene sus dudas: ¿realmente servirá para algo aparte de para ejercer de censura de páginas que el gobierno quiera cerrar? ¿Descargas de bocadillos de jamón gratis por internet?. ¿Es cultura bajarse una peli de Van Damme o un cd de Justin Bieber?, ahí queda eso). Lo que sí quiere recuperar las palabras del director de cine vasco porque ha dado una lección magistral. Lo suyo no ha sido una pataleta, sino que ha explicado brillantemente sus razones y motivos. Ahí vamos:

“Es cómodo hablar con los que te siguen la corriente: te reafirmas en tus ideas, te sientes parte de un grupo, protegido, frente al resto de locos que se equivocan. Por vez primera, aprendí que dialogar con personas que te llevan la contraria es mucho más interesante". Y reconoce que “puede resultar incómodo al principio, sobre todo si eres soberbio", pero añade que cuando "aprendes a encajar, la cosa fluye, y las ideas entran". Y aquí viene lo mejor: "en este país cambiar de opinión es el mayor de los pecados", pues según él, los españoles tenemos "instalado el chip de la intransigencia desde hace tiempo. La única manera de arrancárnoslo es mirar a la cara a la gente y decir lo que piensas con el convencimiento de que puede no ser cierto, que puedes estar diciendo o haciendo una tontería”.

Ahí queda eso, de la Iglesia creo que nos ha dado una lección a todos los españoles y acercándonos a Palma, a todos los fanáticos que se aferran a sus opiniones irracionalmente “porque sí” y que más que hablar de política parece que están hablando de fútbol: “mi equipo es el mejor y el tuyo es lo peor. Y mi equipo es el mejor porque no es el tuyo, y el tuyo es lo peor porque no es el mío, ea!”. Bien contra Mal, Luz contra Oscuridad, Guay contra Cutre, etc. Y da igual si uno de mi partido mata, roba y viola, en el fondo no puede ser mala gente; pero si al enemigo se le escapa un pedo es que es un fascista/rojo de mierda (rellenar con la opción que se desee) que trabaja desde la sombra para nuestra perdición y exterminio.

Espero y deseo que la lección de este hombre no caiga en saco roto y sirva para abrirle un poco los ojos a todos los partidarios del pensamiento único y en especial a los del PUPIYA (Pensamiento único palmeño y ya!), lo malo es que la realidad tiende a decepcionarle a uno la mayoría de las veces.

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