En el 2005 la Consejería de Agricultura y Pesca concedía a Zumos Pascual la módica cantidad de 6,3 millones de euros para la ampliación de su planta en Palma del Río. Manuel Chaves González e Isaías Pérez Saldaña rubricaban el acuerdo que, según el entonces Alcalde, Salvador Blanco, había de traer a Palma longanizas de todos los colores para atar a los perros. Según se dijo entonces Pascual sería la panacea, el maná, la empresa que proporcionaría puestos de trabajo y sustanciosos contratos a los citricultores. Cinco años después (y alguna que otra subvención sustanciosa por el camino) podemos ver la realidad: Pascual ha hecho mutis por el foro, ha abandonado sus instalaciones palmeñas y las ha arrendado a Refresco, una empresa que se dedica a vender marca blanca a las grandes superficies, por lo que es de suponer que el precio que pague al agricultor no sea muy ventajoso.
Y por si fuera poco, algún que otro despido también ha tenido lugar pasándose a contratar, para cubrir los mismos puestos de trabajo, a personal proporcionado por ETT’s, con contratos basura por cortísimos períodos de tiempo.
¿Qué dicen a todo esto los sindicatos? ¿Qué dicen los despedidos? Na de na. Aquí nunca se dice na de na. Así nos va y así les va. Pascual le da la Bienvenida, rezaba el cartel a la entrada del pueblo de Palma del Río… Al menos han tenido la decencia de quitar el dichoso cartelito.
Desde el Cuervo, proponemos otro cartel a la entrada del pueblo: “Pascual llegó, vio, venció y te dio de leches: ahí te quedas, pasmao”. Bueno, es un poco largo, igual hay que dejarlo en “PULEPO”.
Y por si fuera poco, algún que otro despido también ha tenido lugar pasándose a contratar, para cubrir los mismos puestos de trabajo, a personal proporcionado por ETT’s, con contratos basura por cortísimos períodos de tiempo.
¿Qué dicen a todo esto los sindicatos? ¿Qué dicen los despedidos? Na de na. Aquí nunca se dice na de na. Así nos va y así les va. Pascual le da la Bienvenida, rezaba el cartel a la entrada del pueblo de Palma del Río… Al menos han tenido la decencia de quitar el dichoso cartelito.
Desde el Cuervo, proponemos otro cartel a la entrada del pueblo: “Pascual llegó, vio, venció y te dio de leches: ahí te quedas, pasmao”. Bueno, es un poco largo, igual hay que dejarlo en “PULEPO”.
¡Qué razón llevas!
ResponderEliminarTanto con respecto a la falsa panacea, como al misterioso silencio después del fracaso