Hombre. Por fin
Y debemos recordar, tal y como hace un largo artículo de El Día al respecto, que fue en la época dorada del socialismo (años 80-90) cuando, por criterios de ahorro económico (los del puño cerrao, ya se sabe…), fueron desapareciendo los servicios ferroviarios de cercanías sin que los ayuntamientos afectados (casi todos del PSOE, por cierto) protestasen o alzasen la voz contra lo que estaba ocurriendo y contra los perjuicios que iban a suponer para sus pueblos. La consecuencia de la “ideita” del ahorro (que habría que hacer además un estudio para saber si en verdad se ahorró o fue una completa estupidez, cosa que me inclino a pensar) ha sido una casi total dependencia del transporte por carretera y de la conexión por carretera exclusivamente entre numerosísimos núcleos urbanos (algo que, por cierto, va en contra de toda esa charanga del desarrollo sostenible, el transporte público y la agenda 21 que defienden los sociatas a capa y espada, de boquilla, se entiende, porque en la práctica ya vemos…). Abandono de estaciones e infraestructuras, apeaderos en los que no se apea nadie (como el de Almodóvar) y otras “cosillas” igual de chunguis han sido el resultado de dicha política.
Pero no se preocupen, señores. Justo los mismos que se han cargado la posibilidad de conseguir una red de cercanías digna y moderna prometieron en las últimas elecciones volver a montarla, mirusté qué bien. Y en esas está la Rosita Aguilar. Pero visto lo visto, y vista la agudeza e inteligencia preclara del personal, me parece que la cosa va pa largo.
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