Estos días se están oyendo tantas cosas, se están vertiendo tantas opiniones que se anulan la una a la otra, que el pobre cuervo no da a basto y no sabe a quién picar.
La verdad, que lo hemos oído miles de veces, "la vida no es blanco y negro, sino en gris", pero todas las partes defienden sus argumentos con vehemencia y apuntan con el dedo acusador al contrario. En lo único que se han puesto de acuerdo casi todos es en atacar al alcalde, que se ha metido en medio y se ha convertido en la percha de los palos. Asaja lo llamó "inepto" y los del SAT/SOC repiten como consigna "alcalde dimite". Pero bueno, en honor a la verdad, hay que señalar que poco pinta aquí y poco puede hacer en este conflicto.
En fin, como este pájaro no tiene del todo claro quiénes son los buenos o los malos en esta historia (ya lo dijo Unamuno: "dudo, luego existo"), por lo menos intentará dar su humilde punto de vista y hacer un repaso de las mentiras y gordas que se han oído en lo que va de conflicto.
Empezando por el principio y como hemos repetido en otras ocasiones, esta situación se veía venir desde hace tiempo y nadie ha hecho nada por evitarla. El futuro de la naranja se presenta negro, muy negro, y ha pasado como el cuento del lobo: mira que lo decían en las reuniones y congresos varios sobre el tema del cítrico, que Europa iba a cerrar el grifo de las subvenciones y que había que hacerse competitivos, usar el marketing y las nuevas tecnologías, en definitiva, modernizarse y hacer como cualquier empresa, intentar que te compren tu producto y la mitad ya lo teníamos hecho, que era tener un producto de calidad, sólo había que venderlo. Pero nada, aquí a aparentar y a vivir como marqueses sin pensar en el mañana. Así que cuando ahora sale Palmanaranja pidiendo ayudas para la promoción, pues ya es tarde, es pedir apósitos para una herida que ya está putrefacta y huele mal desde hace tiempo.
Y hablando del sector del cítrico, qué decir, de la hipocresía que han demostrado? Soltando perlas como que ellos "no tienen la culpa", "no tienen nada que ver", "son unas víctimas"; sí, hombre, ahora la sociedad es la culpable, no te jode. Y ahí siguen atrincherados, sin decir esta boca es mía y esperando a que pase el temporal, cantando aquella tonada de los Rolling Stones, "Time is on my side". Y la verdad, que, con la naranja verde aún, pueden esperar sitiados mucho tiempo...
Luego está lo de los sindicatos, que han hecho dos frentes (o tres, no se sabe). Por un lado, están los "canónicos": UGT y CC.OO., que ahora recogen los frutos de haberle vuelto la espalda a la situación de los trabajadores tantos años y a vivir en su mundo de burocracia y rutina. Ahora no es de extrañar que los mismos trabajadores sean los que le vuelven la espalda a ellos. Aunque si puede haber una salida a este conflicto tendrá que venir de ellos, por más que les pese a algunos, porque el SAT no puede sentarse a firmar nada. Y enfrente de ellos se sitúa el SAT, históricamente conocido como SOC, que está canalizando la rabia de los trabajadores en una serie de protestas y movilizaciones, que si bien están consiguiendo hacer ver que aquí había un problema latente desde hace mucho tiempo, por otro lado, son demostraciones de rabia que de poco sirven... Tampoco queríamos perder la oportunidad de comentar el discurso que vertió Gordillo en el Paseo, totalmente populista e incoherente. Por un lado, había banderas del Che Guevara, llamamientos a la reforma agraria y gritos de "Tierra y libertad" y, por otro, solicitudes de que haya un salario social sin que haya que tener días o incluso que los bancos condonen las hipótecas. ¿Entonces en qué quedamos? ¿El proletariado se rebela contra los explotadores burgueses y terratenientes? ¿o queremos que el banco nos perdone la letra del BMW para vivir todos como burgueses y seguir con un tren de vida consumista a saco? Bueno, pero tampoco queremos darle mucha leña al SAT que de eso ya se están encargando los medios de comunicación.
Esperemos que al final haya una salida razonable para este conflicto que parece que va a perpetuarse, mientras tanto el cuervo seguirá sobrevolando la ciudad para informar aquí.
La verdad, que lo hemos oído miles de veces, "la vida no es blanco y negro, sino en gris", pero todas las partes defienden sus argumentos con vehemencia y apuntan con el dedo acusador al contrario. En lo único que se han puesto de acuerdo casi todos es en atacar al alcalde, que se ha metido en medio y se ha convertido en la percha de los palos. Asaja lo llamó "inepto" y los del SAT/SOC repiten como consigna "alcalde dimite". Pero bueno, en honor a la verdad, hay que señalar que poco pinta aquí y poco puede hacer en este conflicto.
En fin, como este pájaro no tiene del todo claro quiénes son los buenos o los malos en esta historia (ya lo dijo Unamuno: "dudo, luego existo"), por lo menos intentará dar su humilde punto de vista y hacer un repaso de las mentiras y gordas que se han oído en lo que va de conflicto.
Empezando por el principio y como hemos repetido en otras ocasiones, esta situación se veía venir desde hace tiempo y nadie ha hecho nada por evitarla. El futuro de la naranja se presenta negro, muy negro, y ha pasado como el cuento del lobo: mira que lo decían en las reuniones y congresos varios sobre el tema del cítrico, que Europa iba a cerrar el grifo de las subvenciones y que había que hacerse competitivos, usar el marketing y las nuevas tecnologías, en definitiva, modernizarse y hacer como cualquier empresa, intentar que te compren tu producto y la mitad ya lo teníamos hecho, que era tener un producto de calidad, sólo había que venderlo. Pero nada, aquí a aparentar y a vivir como marqueses sin pensar en el mañana. Así que cuando ahora sale Palmanaranja pidiendo ayudas para la promoción, pues ya es tarde, es pedir apósitos para una herida que ya está putrefacta y huele mal desde hace tiempo.
Y hablando del sector del cítrico, qué decir, de la hipocresía que han demostrado? Soltando perlas como que ellos "no tienen la culpa", "no tienen nada que ver", "son unas víctimas"; sí, hombre, ahora la sociedad es la culpable, no te jode. Y ahí siguen atrincherados, sin decir esta boca es mía y esperando a que pase el temporal, cantando aquella tonada de los Rolling Stones, "Time is on my side". Y la verdad, que, con la naranja verde aún, pueden esperar sitiados mucho tiempo...
Luego está lo de los sindicatos, que han hecho dos frentes (o tres, no se sabe). Por un lado, están los "canónicos": UGT y CC.OO., que ahora recogen los frutos de haberle vuelto la espalda a la situación de los trabajadores tantos años y a vivir en su mundo de burocracia y rutina. Ahora no es de extrañar que los mismos trabajadores sean los que le vuelven la espalda a ellos. Aunque si puede haber una salida a este conflicto tendrá que venir de ellos, por más que les pese a algunos, porque el SAT no puede sentarse a firmar nada. Y enfrente de ellos se sitúa el SAT, históricamente conocido como SOC, que está canalizando la rabia de los trabajadores en una serie de protestas y movilizaciones, que si bien están consiguiendo hacer ver que aquí había un problema latente desde hace mucho tiempo, por otro lado, son demostraciones de rabia que de poco sirven... Tampoco queríamos perder la oportunidad de comentar el discurso que vertió Gordillo en el Paseo, totalmente populista e incoherente. Por un lado, había banderas del Che Guevara, llamamientos a la reforma agraria y gritos de "Tierra y libertad" y, por otro, solicitudes de que haya un salario social sin que haya que tener días o incluso que los bancos condonen las hipótecas. ¿Entonces en qué quedamos? ¿El proletariado se rebela contra los explotadores burgueses y terratenientes? ¿o queremos que el banco nos perdone la letra del BMW para vivir todos como burgueses y seguir con un tren de vida consumista a saco? Bueno, pero tampoco queremos darle mucha leña al SAT que de eso ya se están encargando los medios de comunicación.
Esperemos que al final haya una salida razonable para este conflicto que parece que va a perpetuarse, mientras tanto el cuervo seguirá sobrevolando la ciudad para informar aquí.
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